El origen de la mariposa (por Rocio)

En el pueblo de Atenas, existió una muchacha cuyo nombre era Neytiri. Ella era amable con todas las personas, delicada aún con los insectos y honesta ya que siempre decía la verdad. También era soñadora, y dos de sus sueños eran volar y sólo dejarse ver en su estación favorita: Primavera.
Neytiri era morocha, de piel oscura, un poco rellenita y con los ojos del color de la miel, por las características de su aspecto físico era constantemente discriminada por sus compañeros.
En su tiempo libre adoraba dibujar. Vivía sola, porque sus padres habían muerto, esto también era una burla más de los otros niños hacia ella, razón por la que la niña se ponía muy triste.
En el Olimpo, Afrodita, la diosa del amor y de la belleza, observaba constantemente los maltratos que sufría Neytiri. Entonces decidió bajar a la Tierra disfrazada de policía para ver si era cierto que la muchacha era honesta. Planeó un robo a un negocio del pueblo donde se encontraba Neytiri. El dueño del local ayudó a la diosa y el hijo de este también. Él joven fue el ladrón que le entregó el dinero robado a Neytiri para tentarla.
Afrodita, con su disfraz, encontró a la muchacha con el dinero en la mano, sin entender porqué le habían dado ese motín, estaba casi a punto de llorar. La diosa llevo a la chica al negocio. El dueño comentó el robo y corroboró que la cantidad que le habían robado era la misma que Neytiri tenía en su mano.
La pequeña juró que no lo había robado y devolvió la plata. Afrodita, sabiendo que era verdad que no había sido ella quien había robado el dinero, se quitó el disfraz y le dijo:
-Por tu honestidad al devolver el dinero y de tu amabilidad con la gente del pueblo te concederé dos deseos-
Neytiri pensó muy bien lo que iba a desear. Al cabo de un minuto la muchacha le contestó a la diosa:
-Quiero volar y sólo aparecer en mi estación favorita: la primavera.
-Si esos son tus deseos, así será- afirmó la diosa.
El cuerpo de Neytiri comenzó a cambiar hasta que de pronto, ya no estaba sostenida sobre sus pies, sino por un par de alas de color anaranjado.
Su cuerpo era de un color ambarino y en sus alas había diseños que parecían ojos. La diosa le dijo: Ahora ya no tendrás que sufrir las burlas de tus compañeros.
Desde ese día, y hasta la actualidad conocemos a ese hermoso ser como la MARIPOSA.