Hace mucho tiempo, en un pueblo de Roma, vivía una muchacha llamada Aitana. Ella, era morocha, con rulos y ojos verdes. Pero, tenia un defecto, era bastante superficial y narcisista.
Cada vez que se le acercaba un chico, que no era de su tipo (rubio de ojos celestes) lo rechazaba como basura.
Un día, cuando caminaba por el bosque, se encontró con un muchacho alto, morocho, de ojos color miel, que pedía ayuda, ya que se había perdido. La joven, con cara de asco lo esquivo y siguió caminando. De repente, sintió que alguien la estaba llamando, se dio vuelta y el muchacho que se encontraba perdido no estaba, en su lugar había un hombre alto, con la piel color fuego, un tridente y dos cuernos que sobresalían de su cabeza.
El le dijo:
- Hola Aitana, soy el diablo, y he venido a ti para darte una lección-.
La chica boquiabierta, le contesto:
-Pe... pe... pero, yo soy una mujercilla humilde, delicada y considerada.-
Lucifer exclamó:
-¡¡¡Mentira!!!-.
-¿Que me harás? ¿ Me mataras?-.preguntó la jovencita.
Satanás sin argumentar su acción respondió:
-No-.
-Un pacto, eso es yo te daré lo que tu quieras- afirmó Aitana.
El diablo sin pensarlo mas contestó:
-Te dejare libre a cambió de tu alma, podrida en vanidad, envidia y narcisismo.-
Sin dudarlo y con ansias de salir de allí, la mujer aceptó.
Con el transcurrir de los años Aitana fue envejeciendo y muriendo por dentro, sola y sin nadie en quien confiar.
Mientras el diablo siguió robando almas, gracias a pactos que realiza hasta el día de hoy.
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